Por: Rita de Cássia de Araújo Almeida
Psicoanalista
Traducción Franco López Marín
Periodista
Texto em português: http://ritadecassiadeaalmeida.blogspot.com/2012/02/sobre-ultimos-soldados-da-guerra-fria-e.html
”Os Últimos Soldados da Guerra Fria” de Fernando Morais es un libro extraordinario. Si no supiéramos que está siendo contado por el autor, tras un fruto de años de trabajo e investigación, podríamos considerarlo como un excelente romance de espías. Sin embargo, no se trata de ficción. La intención del autor es retratar (partiendo de evidencias, registros, documentos, noticias de diarios y relatos de los propios personajes) el escenario político mundial al final de la Guerra Fría. Siendo Cuba y Estados Unidos los protagonistas, lo que vuelve aún más cautivante la obra.
Cuenta la historia que, después de la caída de la Unión Soviética, Cuba se dedicó a estimular el turismo, como una forma de aminorar la crisis económica que se agravaba en la isla, ya que aquel país era su principal socio económico. Durante ese período, grupos anticastristas radicales de Floridad aprovecharon para promover atentados terroristas contra Cuba, con la clara intención de asustar a los turistas, debilitando el gobierno de Fidel Castro. En cinco años, fueron 127 ataques y a pesar de las decenas de reclamos oficiales enviados por Cuba al gobierno estadounidense, ninguna medida fue tomada para reprimirlos.
Fidel llegó a enviar una carta a Bill Clinton, entonces presidente, denunciando organizaciones de extrema derecha que funcionaban en territorio americano, teniendo incluso como ‘palomo mensajero’ a nada menos que Gabriel García Márquez. En esa carta, Fidel da prácticamente una profecía. Al pedir que Clinton se empeñe en abortar las acciones terroristas que estaban siendo maquinada en EE.UU. Fidel defendía que si las medidas no iban a ser tomadas, ‘cualquier país del mundo podrá ser víctima de tales actos’. Años más tarde, como sabemos, EE.UU. serían víctima de atentados terroristas. Sin el apoyo de los EE.UU. y de las organizaciones internacionales, Cuba decir tomar providencias por si misma y crea la Red Vespa: un grupo selecto de doce hombres y dos mujeres que reciben la misión de infiltrarse en algunas de las 41 organizaciones terroristas de extrema derecha en los Estados Unidos, a fin de recoger informaciones que pudiesen anticipar posibles ataques. El libro cuenta, justamente, la increíble historia de esos “soldados” enviados por Fidel a EE.UU., todos travestidos de desertores del régimen cubano.
El libro de Morais nos provoca innumerables emociones, siendo que algunas de ellas nos afectarán con mayor fuerza a nosotros, militantes o partidarios de Izquierda. Y el mayor mérito del libro es contar la historia de las relaciones entre EE.UU. y Cuba de otra perspectiva, diferente de la estadounidense que la gran mayoría acepta como única, sólo por ser considerada la versión oficial. Terminada la lectura, incluso los menos críticos o poco entendidos de política internacional, van a comprender mejor los motivos de algunas conducciones del gobierno cubano y el Bloqueo estadounidense a Cuba les parecerá aún más insano y cruel.
El libro también lanza a la luz una pregunta que intriga a muchos de nosotros: ¿por qué esa pobre y minúscula isla del Caribe, sin ningún poder en el escenario político internacional incomoda tanto al poderoso Estados Unidos?. Y que nadie venga a decir que es el interés americano por ‘la defensa de la democracia’.
Todos sabemos que ese mismo gobierno defendió y sustentó, durante mucho tiempo la cruel dictadura de Fulgencio Batista en la isla caribeña, así como lo hizo con otras dictaduras por el mundo.
Después de leer “Os Últimos Soldados da Guerra Fria”, mi respeto por Cuba y por la Revolución Cubana aumentó aún más. Aún con todos los errores que el Gobierno Cubano pueda haber cometido, no se puede dejar de respetar un país minúsculo, pobre y desprovisto de poder político en el escenario mundial, que aunque con toda la presión y persecución sufrida y víctima de un Bloqueo de medio siglo, haya conseguido mantener índices de desarrollo humano que provocan la envidia de cualquier país del mundo. Para quien no sabe: Cuba tiene una tasa de alfabetización 99,8% (la mayor del mundo según las Naciones Unidas), una tasa de mortalidad infantil de uno para cada 5.000.000 de nacidos (inferior a la de EE.UU) y una expectativa de vida media de 78 años (mayor que la de EE.UU). 98% de los cubanos reciben energía eléctrica y tienen acceso al agua potable y saneamiento básico, el acceso a la salud y a la educación es universal y gratuito. Si la medición del Índice de Desarrollo Humano no lleva en cuenta el PIB per cápita (producto interno bruto) (en ese caso, Cuba pierde puntuación por tener un PIB bajo), Cuba estaría entre los primeros en IDH. O sea, aún tiene el mérito de conseguir hacer más que el propio EE.UU., con mucho, mucho menos.
Después de algunos días necesarios para digerir el impacto de ese libro sobre mis convicciones, lo que puedo decir hoy es que yo apoyo inmensamente a Cuba. Soy hincha de un país que se ha mantenido como único punto de resistencia al capitalismo liberal, prácticamente hegemónico en el mundo actual.Apoyo al pueblo cubano que ha soportados con fuerza y altivez medio siglo de embate y un embargo, luchando contra un Imperio. Hincho para que Cuba continúe en la búsqueda de mejores condiciones para su pueblo, y que lo haga como siempre lo ha hecho, con su propio modo, a partir de sus convicciones e ideologías y no por la influencia de otros. Marx concebía el Comunismo como un movimiento que reacciona a los antagonismos del capitalismo y no como un modelo de sociedad ideal. Siendo así, mientras el capitalismo exista, con sus contradicciones y desigualdades, la ‘hipótesis comunista’, como dice Alain Badiou, permanecerá viva. Badiou afirma aún más: “si esa hipótesis tiene que ser abandonada, entonces no vale más la pena hacer nada en la orden de la acción colectiva. (...) Cada individuo puede cuidar de su vida y no se habla más de eso”.
Es importante aclarar que no se puede confundir ‘hipótesis comunista’ con cualquier atrocidad cometida en nombre del comunismo. También, vale recordar que innumerables atrocidades fueron cometidas a lo largo de la historia en nombre de las más nobles causas: en nombre de la paz, en nombre de Dios o Alá, en nombre de la democracia... la lista es larga.
Siendo así, no existe sociedad ideal, todas, a su modo, poseen sus virtudes y pecados. Pero, la mayor virtud de Cuba, a mi modo de ver, es aún mantener su resistencia; una “piedra en el zapato” del capitalismo mundial. Cuba cumple la misión de aún mantener viva la hipótesis de un mundo en el cual somos considerados seres humanos y no apenas consumidores, donde la naturalez sea vista como una Madre generosa y no como materia prima para ser molida en la máquina consumista (según la WWF, Cuba es el único país del mundo con desarrollo sustentable), y en el cual la noción de solidaridad no es tragada por su versión pervertida: la caridad –quien tiene más (dinero) da a quien tiene menos (los Medios no divulgan, pero después del terremoto que devastó Haití en 2008, a pesar de que las naciones más ricas del mundo prometieron misiones humanitarias monumentales, después de algunos meses, sólo continúan allá, “Médicos sin Fronteras” y la brigada de 1.200 médicos cubanos, especializada en desastres de emergencia, brigada que fue rechazada por los norteamericanos, después de del Huracán Katrina y la primera en llegar y la última en salir de Pakistán, después del terremoto de 2005).
Es por todo eso que refuerzo aqui mi apoyo por Cuba, soy hincha para que ese minúsculo y grandioso país continúe librándonos de un mundo donde el capitalismo sea la única hipótesis posible.
Excelente escrito, lo comparto completamente
ResponderExcluirOscar